Escrito para La Gran N
Última entrega de esta particular serie de artículos dedicados a Smash Bros Brawl en la semana de su llegada a España.
Pero el juego guarda mucho más en cuanto a personajes y música que lo mostrado aquí, solo hemos visto la puntita del iceberg, para el resto hay que pasar por caja y disfrutar de la gran obra de Masahiro Sakurai. Para despedir los artículos contamos con invitados de excepción, Solid Snake y Sonic, bien acompañados de la familia Kong y los Pokemon, y por último pero no por ello menos importante, Ness, el carismático protagonista del mítico Earthbound (Mother II) de Super Nintendo.
Empezamos... y finalizamos:
Shadow Moses, 4:30 AM. Flanqueando la puerta 4 guardias, dos a cada lado. En las ventanas, francotiradores, 3 en total, mirándose entre ellos, preguntandose que hacen allí en alerta roja, de madrugada, si nunca nadie ha intentado entrar. Que patéticos, un ejercito ya está dentro, un ejercito compuesto por un solo hombre. Silencio absoluto durante horas, roto de repente con pequeños toques en un contenedor metálico del fondo. "Eh, Jimmy, ve a ver", Jimmy va, pero no vuelve... ¿Esa caja estaba allí antes? Nervios, sudor, y cuando Mark, uno de los francotiradores, quiere reaccionar ya está solo, no puede ver a ninguno de sus compañeros. El miedo lo paraliza, y lo peor es que empieza a sentirse cansado, tiene mucho sueño... zZZzZZz
Es Solid Snake, el héroe de Shadow Moses, mercenario estrella de Fox Hound capaz de infiltrarse en una base terrorista, desarmar un arma nuclear y salir sin ser visto, y sin que nadie sufra daños a menos que sea estrictamente necesario. Si la situación se tuerce, está entrenado para la lucha cuerpo a cuerpo, y equipado con misiles Nikita, lanzagranadas, explosivos C4... Nada ni nadie evitará que se cumpla la misión. Proviene del "Tactical Espionage Action", por lo que es una incógnita su comportamiento en el "Pescozones a Cascoporro Action" en el que se ha metido. Para asegurar su éxito tendrá ayuda externa a través de radio, y con la cámara espía Cypher. McGiver, a su lado, un chatarrero.
Temazo para representar a Snake (el mejor fichaje de Sakurai). Nada más y nada menos que Love Theme, de Metal Gear Solid IV, que transmite toda la tensión y la épica de cualquier misión en la que esté involucrado Snake. El violín no hace más que añadir un toque dramático muy necesario. Es una versión de la original especialmente para Smash Bros Brawl, compuesta por Nobuko Toda y arreglada por Akihiro Honda:
El atardecer en Green hill solía ser bastante tranquilo y apacible, era bastante común ver a animales silvestres de todos los tipos y colores saltando, revoloteando, bebiendo en el inmenso lago, o simplemente tumbados en la hierba fresca. Pero todo cambió un mal día en que los animales desaparecieron y en su lugar solo habría crustáceos de metal. Alguien tendrá que liberarlos, está claro, ahora la pregunta es quien lo hará si ya no queda nadie. A lo lejos se oye un zumbido, cada vez más cerca, las hierba se ladea y los girasoles se inclinan a su paso, pero ¿al paso de quien si no se ve a nadie? De repente Boom! algo ha chocado contra un cangrejo-robot, anillos de oro por doquier y en el suelo está doliendose nuestro proximo personaje, Sonic.
No se lo pensó dos veces cuando lo invitaron, pero a Sonic le dan igual el resto de luchadores, ni siquiera la victoria final, él sólo quiere ajusticiar a uno, aquel que lo eclipsó en sus años dorados, Mario. Le tiene muchísimas ganas y hará lo que haga falta para que muerda el polvo, tirando de velocidad del sonido, increíbles saltos o su famoso torbellinos. Incluso se convertirá en Super Sonic, todo para que le devuelvan lo que nunca tuvo, pero que piensa que debió ser suyo, el reinado absoluto en el mundo del videojuego.
A diferencia de la mayoría de canciones antiguas, en Smash Bros Brawl han mantenido las versiones originales de los temas de Sonic, y la verdad es que se conservan muy bien. A los que llevamos ya unos años en esto, Green Hill Zone nos lleva irremediablemente a imaginarnos a toda velocidad por cuestas empinadas y loops imposibles. Fue compuesta por Masato Nakamura en 1991 para el primer juego de Sonic:
Ciudad Plateada ha quedado prácticamente vacía, sus calles están desiertas porque todos han ido al Estadio, que está a rebosar. Los promotores del torneo a buen seguro estarán frotándose las manos solo de imaginarse la taquilla de hoy. A pie de arena los nervios están a flor de piel, los entrenadores dudan entre que pokemon usar, y en que orden. Solo uno podrá ganar y hacerse con la pokecopa. El afortunado no se sabrá hasta la última pelea, pero si se sabe quien no ganará, el inefable Team Rocket. En Smash Bros siempre han estado muy bien representados los Pokemon, y en Brawl más aún. Sin desvelar ningún secreto estarán presentes de inicio Pikachu por un lado, y por otro un entrenador Pokemon que puede hacer uso de Squirtle, Charizard e Ivysaur.
Cada pokemon es de su padre y de su madre, de pelaje muy distinto. Hay grandes y pesados como Charizard o pequeños y escurridizos como Pikachu, y cada ataque depende del tipo de Pokemon que se trate, así Pikachu, de tipo electrico, pega unos yampazos que riete tu de cuando te quedaste pegado a la puerta del frigo. Charizard, de fuego, escupe bocanadas en llamas y conviene no acercarse. Ivysaur es de tipo planta, y uno de sus golpes es el látigo cepa, que el mismo nombre lo dice todo, menudos cepazos suelta el amigo. Y por último Squirtle, el pequeño acuoso que crea cascadas de la nada.
Uno de los temas escogidos sobre Pokemon en Brawl es la canción principal de Pokemon Rojo y Azul, el primer juego para GameBoy, que inició el fenómeno de masas. El chip de sonido de GameBoy era muy limitado, por eso Seiji Momoi ha hecho nuevos arreglos para esta ya clásica composición:
En Jungla Kongo hace tiempo que todos los días son fiesta. En su mecedora, el viejo Cranky ya casi ni recuerda cuando raptaba damiselas y se las veía y se las deseaba con ese engreído de Jumpman, que acabó derrotandole pero algún barrilazo si se llevó a cambio... Que tiempos. Igual pasa con el resto de los habitantes de la isla, su nieto Donkey, tan elegante él con su corbata, y también Diddy, Dixie, Tiny, seguro que se deja alguno, a su edad es difícil llevar la cuenta de tanto mono. El caso es que, como decía, el resto también están de perennes vacaciones, los Kremlings ni están ni se les espera, por lo que se pasan el día con los bongos, de tranqui, en las hamacas y comiendo bananas. "Eh Diddy, tirate el moco y trae unos platanos, man", "Vale, mandón... ¿Donde están?, "Donde siempre, zoquete, en la cueva", "Por eso lo pregunto, tontorrón, porque la cueva está vacía", "¿Que, Queeeeeeee?"
En Brawl están tanto Donkey como Diddy como personajes seleccionables. Como son amiguetes quedaba feo separarles en este reseña pero realmente son muy distintos. Donkey es el Rey de la jungla, la mole original con unas manos que parecen paelleras y capaz de troncharte el espinazo a la voz de ya, mientras que Diddy es más pequeño y juguetón, gusta de hacer cabriolas aquí y allá, dar latiguillos con la cola y disparar con su cacahuetola, especialmente le gusta acertar en la parte de atrás de la oreja, menudas risas se pega cuando lo hace. Se conocen desde chicos, han vivido mil y una historias a cuentas de K. Rool, pero una vez en combate hacen como que no se han visto nunca.
Como representación musical escogemos una pieza que sonaba en el primer Donkey Kong Country, allá por 1994. La percusión y el ruido de los animales te meten de lleno en la jungla, el hogar de los Kong. Sus creadores originales fueron Robin Beanland, Eveline Fischer, and David Wise, y los nuevos arreglos son obra de Motoi Sakuraba:
Después de pasarse el día bateando en el porche de su casa, Ness sube a su cuarto para descansar, no sin antes tomarse el vaso de leche con galletas que nunca perdona. Hace una bonita noche en Onett, un pequeño pueblo en medio de ninguna parte, en el país de Eagleland. Los grillos hacen cri-cri, y algun mosquito cabezón ronda al pequeño Ness, que aún así puede conciliar un profundo sueño, seguramente se imagina completando un home-run mientras miles de personas le ovacionan. Pero a medianoche un enorme estruendo le despierta, juraría que el suelo ha temblado, al cabo de unos segundos sirenas de policía surgen de aquí y de allá, ¿que ha pasado? Ness se levanta de un salto y corre hacia la puerta, pero "Ehh!, ¿donde vas?", "Mamá, que tengo ya 13 años, dejame salir a ver que ha pasado, porfiiiii", "Como si tienes 48, en pijama tu no vas a ningún sitio". Dicho y hecho, al minuto está Ness vestidito, con su gorra ladeada, la mochila, el yo-yo en el bolsillo, y un olor mezcla de sudor y colonia, no le falta detalle, y gira el pomo de la puerta esperando no encontrarse con ese pesado de Pokey. Pronto verá el meteorito que ha caído en la colina de Onett... y también a Pokey
Aspecto muy parecido al de Lucas, de chico bueno, de "si, mamá", "lo que tu digas, mamá", y en el fondo es así, pero con un matiz, y es que no todos los buenazos tienen poderes psíquicos, como Ness y Lucas. Tampoco es todo mental, para ello lleva un bate de beisbol siempre pegadito a la mano, que nunca se sabe, y su destreza con el yo-yo le permite algún que otro piquete de ojos. Es un personaje oculto, pero ya es un veterano en la serie Smash Bros, no ha faltado a ninguna cita. Juventud y veteranía, ¿quien da más?
El tema escogido es un conocido de la saga Smash Bros, ya se pudo escuchar en Melee, y es Onett, una composición instrumental que evoca a la perfección el pueblo de Ness, visto con la curiosidad de un niño de 13 años, muchísimos cambios de ritmo pero manteniendo la sensación de unidad. Es obra de Keiichi Suzuki y Hirokazu Tanaka:
1 Comentarios:
No sabía que la música que acompañaría al erizo fuera la de Green Hill. Best Song Ever !
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