Rincón Musical: Mario (VII)

Escrito para La Gran N

Nos vamos acercando al glorioso final de esta no tan gloriosa y eterna serie de artículos sobre la música en los videojuegos de Mario. Ya hemos visto el nacimiento de Mario, su evolución, perfeccionamiento y paso a las tres dimensiones, y, por último, su múltiples facetas más allá de ser un fontanero bobalicón y enamorado.

Mario ya había tocado techo tanto en 2D, como en 3D y en diversidad de géneros, tanto plataformeros como deportivos, carreras, puzzles... Poco más se podía hacer y Nintendo era consciente de ello, por lo que sacaron dos grandes juegos pero sin el toque mágico que solía dar a cada entrega en plan Kinder Sorpresa, ofreciendo algo nuevo, clásico... Y una sorpresa.

Aquí se limitaron a coger las bases que le hicieron grande para hacer 2 juegos con objetivos muy distintos. El primero de ellos, Super Mario Sunshine, de transición hasta el ansiado (y que nunca llegó) Mario 128, y el segundo, New Super Mario Bros, con aire nostálgico homenajeando los primeros juegos de Mario.



Por estricto orden cronológico empezamos por Super Mario Sunshine. A pesar de ser un muy buen juego no ha calado entre el público, se tiene la impresión de que es un Mario menor, especialmente porque se aparta de la historia clásica del Reino Champiñón, el castillo y el secuestro de la princesa a manos de Bowser. Bueno, se aparta un poco, porque al final resulta ser eso mismo... Un auténtico Super Mario, y un humilde sucesor del inigualable Mario 64.

El juego transmite frescura, jolgorio y vacaciones a cada fotograma, y eso mismo quiso transmitir Koji Kondo a la partitura, acompañado por Shinobu Tanaka. El tema principal, también disponible en la inabarcable BSO de Smash Bros Brawl, es Delfino Plaza, y suena tan agradable y veraniego como el primer día:



Con Mario Sunshine uno se pregunta ¿que es lo que hace a un juego ser un Mario? Tenemos al protagonista, a la princesa, al malo maloso y un mundo por recorrer. Vale que no hay castillo, cierto, y es un elemento muy importante aunque no imprescindible (ahí tenemos Galaxy) y el ambiente es casi de un juego de Mario en el que se narra lo que hace Mario cuando no está haciendo un juego de Mario... Que me aspen si lo entiendo. Ah, se me olvidaba, también hay melodías tropicales como la de Gelato Beach:



Puede que no sea el mejor trabajo de Koji Kondo, ni siquiera está clara la implicación real que tuvo en la composición, si se limitó a coordinar, dar el visto bueno y dejar libertad a Shinobu Tanaka, o si, por el contrario, quiso ser el que llevase el peso de las partituras. Sea como fuere, hay algo en la melodía que sabemos que estamos delante de un Mario, mejor o peor ya lo dejo a elección de cada uno, pero un Super Mario al fin y al cabo como se aprecia en Ricco Harbor:





El otro título en discordia es New Super Mario Bros, o lo que es lo mismo, una forma de enseñar a las nuevas generaciones que sus hermanos mayores no sólo jugaban al Pong, sino a algo que hoy día sigue siendo la base de los juegos en 2D, los primeros Super Mario Bros. Más que una nueva entrega se podría decir que estamos ante un homenaje a los Mario en 2D, toda una especie en extinción tras el aterrizaje de las omnivoras 3D.

La banda sonora es obra de Asuka Ohta (Mario Kart Wii entre otros trabajos) y Hajime Wakai (Lylat Wars, Pikmin, etc.) con Koji Kondo supervisando el conjunto. La agradable nostalgia gráfica y jugable se traslada a la música, gracias a composiciones como Walking the Plains:



A diferencia de Mario Sunshine, en New Super Mario Bros si reciclan escenarios, momentos, experiencias y temas clásicos, pasandolos por el turmix de la modernidad. El gazpacho resultante es refrescante y coherente, fruto de recoger la esencia de juegos tan parecidos a la vez que distintos como los 4 primeros Super Mario Bros. La música también es protagonista en esta celebración mariana con canciones que nos suenan a Mario, sabemos que las hemos escuchado antes, tal vez en Mario 3, pero con un toque a World, la identidad propia de Super Mario 2 y el carisma del primer Mario. La planicie champiñón es un buen, y corto, ejemplo de ello:



Próximamente: La redención galáctica, el fontanero reclamar su trono.

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