Bazar Picamiento: Lylat Wars (N64)

También disponible en La Gran N

En Modo7 ya hemos tenido el placer de analizar Sin & Punishment, un shooter de los reyes del tema, Treasure. Y ahora le toca el turno a un juego similar, esta vez de Nintendo, cosecha del 97 y uno de los máximos exponentes del género, Lylat Wars. Y a diferencia de Sin & Punishment, éste si pudo ser disfrutado en su momento por todo el mundo, y para los rezagados ahora está disponible en la Consola Virtual de Wii.



Originalmente se llamó StarFox 64, pero en Europa llevó por título Lylat Wars por que ya había otro juego con el nombre de Starfox, uno del año 83 para Atari2600. Y creo que no salimos perdiendo con el cambio, porque todo lo que se aleje de la coletilla trilladísima "64", como "Super" en tiempos de Snes, siempre es bien recibido. Y afortunadamente no han cometido el mismo error que comentamos con Ninja Gaiden, que llegó con un precio superior a la Consola Virtual porque era inédito en Europa, cuando la realidad es que lo único inédito era el nombre, porque el juego se llamó Shadow Warriors en el viejo continente.

Antecedentes

Los juegos "de disparos", o "de naves", o shoot'em up, o shooters, hunden sus raíces en el origen mismo de los videojuegos, y han evolucionado a la par que las plataformas. Empezaron con una pantalla estática como en Galaga, pasando cuando fue posible a un scroll horizontal como los grandísimos Nemesis, o vertical como 1943, y hasta con perspectiva pseudo tridimensional como en Axelay. Pero llegó un punto en que el género necesitaba un cambio, se había estancado, y el salto no podía ser otro que a las 3 dimensiones poligonales.



Y ahí entra Nintendo, con poca experiencia en el género (lo más remotamente parecido que había hecho era Duck Hunt) pero con todo el talento puesto en hacer algo nuevo, en tirar del carro una vez más. En 1993 crearon el chip SuperFx, que entre sus muchas virtudes se encontraba la de mostrar gráficos tridimensionales, muy elementales, pero muy avanzados para la época y demostrando que la Super Nintendo aún tenía mucha vida. El primer juego en llevar el chip en sus entrañas fue desarrollado al alimón por Nintendo y Argonauts, y de nombre se le puso Starfox (en Europa StarWing). Era la primera vez que se mostraba algo parecido en un sistema doméstico. Pudo gustar más o menos, pero el impacto fue brutal. Se pudo ver el futuro de los videojuegos a través de esos pocos polígonos que mostró Starwing. Otra novedad fue la forma de avanzar en la historia, con tres caminos alternativos y recibiendo mensajes de los aliados durante el juego.

Pepper: ¡Katina está combatiendo al enemigo! ¿Podéis ayudarles?
Fox: Afirmativo, General.

También fue el origen de una historia, la de Corneria, y unos personajes, Fox McCloud y compañía, que con el tiempo han logrado formar una de las sagas clásicas de Nintendo, con varias secuelas (unas más afortunadas que otras) y muchas perspectivas de futuro. En Snes hubo tiempo para una segunda parte, con importantes novedades, como un novedoso desarrollo de juego (parecido al posteriormente visto en StarFox Command de Nintendo DS) pero a pesar de haberse completado casi por completo no llegó a ver la luz. Esto sucedió por dos razones, la cercanía de Nintendo64 (aunque luego se retrasó) y el deseo de Shigeru Miyamoto de marcar una separación clara entre las 3D de Snes y las de N64. Y es que lo que tenía el bueno de Miyamoto entre manos era de traca y él lo sabía, porque es de largo el mejor juego de la saga y uno de los mejores shooter de la historia. Ahora si, nos enjuagamos la boca para poder hablar de Lylat Wars.



Concepto

No es una secuela de Starwing, en el sentido de que no sigue la historia del juego de snes. Es más bien un remake, una puesta al día vistiendo de gala los polígonos y dando retoques tanto a la historia como al sistema de juego. Aquí no colaboró Argonauts, pero para suplir esa carencia Nintendo puso toda la carne en el asador, con Miyamoto al frente, y Koji Kondo a la batuta. Lylat Wars es todo lo que pudo ser Starwing pero que la tecnología de 1993 no permitió.

Fox: Estamos entrando en la ciudad de Corneria.
Falco: Oh, es horrible

Si, Falco. Corneria, al igual que todo el sistema Lylat, ha sido arrasada y está al borde de la destrucción total. Todo por obra y gracia de un científico, antaño brillante, y ahora convertido a megalómano, que responde al nombre de Andross. Ante ese panorama, el General Pepper ha recurrido al último cartucho que le quedaba, el grupo mercenario de elite StarFox. Está capitaneado por el hijo de James McCloud, Fox, y sus 3 mejores hombres...hmm, animales, Falco, Slippy y Peppy, cada uno a los mandos de un Arwing, y formando una suerte de Equipo A interestelar.



Todos los protagonistas son animales humanizados, con sus dos patitas, brazos, y hablando en perfecto inglés. Los nombres evocan al animal de que se trate, por ejemplo Fox es un zorro, Falco un Halcón y Katt una gata. Un jugador espabilado podría pensar "que obvio, que falta de imaginación", y se le podría preguntar entonces porqué el padre de Fox se llama James, pero ese es otro tema. El nombre de los planetas por lo general también da una pista de que nos vamos a encontrar allí, como Solar o Aquas. Pero también se usan los nombres para homenajear a clásicos o mostrar influencias, es el caso de los planetas Macbeth y Titania (Shakespeare), el General Pepper (Sgt Pepper, The Beatles), o el personaje secundario Bill Grey, que aparece en Katina durante una batalla practicamente calcada a una escena de la película Independence Day, donde un personaje se llama precisamente William Grey.

Falco: Vaya, he sido salvado por Fox... Que bien

Lo que propone Lylat Wars es una aventura de proporciones épicas, en un ambiente muy cinematográfico y con muy interactivo, dando una experiencia de juego distinta a lo ofrecido con anterioridad. Al comienzo se nos mostrará el plano del sistema Lylat, empezando siempre por Corneria y acabando en Venom, pero el camino para alcanzar a Andross será muy distinto dependiendo de las decisiones del propio jugador, que marcarán el desarrollo de la historia y la ruta a seguir. Por ejemplo ayudando, o no, a un compañero que pide ayuda puede hacer que en la siguiente fase no lo tengamos a nuestro lado por tener la nave averiada, o que al no ayudarlo vayamos a un planeta distinto del que hubiéramos ido de haberle salvado. También influye si hemos pasado o no por determinado planeta, por ejemplo si entramos en Katina aparecerá Bill, un aliado que también se sumara en otro punto del juego, y no lo haría de no haber pasado por Katina.



También ayuda a meternos en la historia las conversaciones que se mantienen a través de la radio, que dejan al descubierto la personalidad de cada uno. Falco siempre suelta algún chascarrillo con tintes chuletas, Slippy pone el toque torpón y hay que rescatarlo no pocas veces y Peppy, el mentor de Fox, da consejos como el ya mítico "Do a barrel roll!". Todos los personajes que aparecen rebosan carisma por los cuatro costados, desde los miembros de Starfox, hasta el grupo enemigo, Starwolf, pasando por Andross o el General Pepper.

Sistema Lylat y modos de Juego

El sistema se compone de 15 planetas distintos, cada uno con un ambiente muy diferenciado del resto. Hay un total de 25 rutas distintas, y para pasarse el juego tendremos que completar 7 planetas. Dicho así puede ser corto, pero como buen shooter es rejugable hasta la nausea, tanto para ver todos los planetas como para conseguir medallas al eliminar determinado número de enemigos y poder desbloquear nuevas opciones de juego, como el modo Experto. Salvo ese modo secreto no hay niveles de dificultad aparentes, pero si que la dureza del juego dependerá de la ruta seguida hasta llegar a Andross. Así, el camino por defecto será más sencillo que las diferentes rutas alternativas, y eso se verá recompensado con una secuencia final distinta.



Pero hay un inconveniente con el modo aventura, y es que no se puede grabar, hay que pasarselo del tirón. Al ser sólo 7 fases y todas 5 jotas pues no es tal problema, es como volver a mirar una buena película con el añadido de que puede variar dependiendo del camino que tomemos. Para abrir la ruta alternativa habrá que hacer una determinada acción, que no sabremos a priori, pero más o menos lógica, como salvar a un amigo, o activar algún pulsador a lo largo del planeta.

Otro modo es el Entrenamiento, que como suele pasar solo usaremos una vez, hasta hacernos con los controles. Y aprovechando las posibilidades de Nintendo64 han puesto un multijugador de hasta 4 jugadores. Pero no es un juego muy dado a multijugador, y no lo han resuelto del todo bien, con la pantalla siempre dividida en cuatro aunque juguemos solo dos personas. El multijugador es similar a las batallas de Mario Kart, un escenario y a ver quien muere antes.

Gráficos

Graficamente Lylat Wars abruma en cada fase. Los diseños de Takaya Imamura para Lylat Wars denotan un mimo y una fructifera y constante apuesta por lo estético que tapan, y hasta hacen buenas las limitaciones técnicas de Nintendo 64. Como por ejemplo con el uso de la niebla, tan característico en Nintendo 64 y que aquí no resta poderío al apartado visual, si no que suma. ¿De que forma se podría representar mejor la entrada a la desolada ciudad de Corneria si no es con una ligera neblina que poco a poco nos descubre todo el horror causado por los esbirros de Andross?

Peppy: Nunca te rindas, confía en tu instinto

Cada planeta presenta un aspecto diferenciado del resto, no son meros fondos muertos sino que cada uno posee un habitat y paisaje muy reconocible. Salvo quizá Katina, todos los escenarios están muy trabajados y aún hoy lucen muy bien, como Solar y sus llamaradas, o Macbeth con un aire western con tren incluido bastante logrado.



El diseño tanto de Arwing como la mayoría de enemigos es deudor en gran medida del juego original de Super Nintendo, pero potenciando sus virtudes hasta límites que eran inalcanzables en 1993. Detalles como los efectos de luz, o los reflejos en el agua ponen sobre el tapete la superioridad gráfica de los 64 bits sobre cualquier plataforma de la época. En pantalla desfilarán muchos elementos móviles de forma simultánea, como enemigos, amigos, o meteoritos, y sin que se resienta lo más mínimo el motor gráfico.

Sonido

El compositor del anterior juego, Hajime Hirasawa, abandonó Nintendo al acabar Starwing para emprender su carrera en solitario, por lo que hubo que pensar en otra persona. Pero Nintendo no quería arriesgar con este juego, y la banda sonora de se la adjudicó a su compositor estrella. Hablamos de Koji Kondo, asistido por Hajime Wakai, por lo que solo cabe esperar la excelencia en este apartado. Podría haber seguido el camino marcado por Hirasawa, y en ocasiones lo hace pero también se desmarca con nuevas composiciones, a cual mejor.

A la influencia ya sabida de John Williams, Kondo añade otra más para la ocasión y extrae las notas musicales de cada planeta como ya hizo Gustav Holst en su obra más celebre. Desde el tema de Corneria ya sabemos que tenemos los dos pies en la épica más absoluta, y hasta las cortas melodías que suenan al aparecer StarWolf o Katt son de altísima escuela.

Secuaz de Andross: ¿Quienes sois?
Fox: Somos... STARFOX

En este apartado también destacan la gran cantidad de voces atribuidas a cada personaje, en perfecto inglés (o tambien en el incomprensible idioma Lylat) pero son frases muy entendibles a poco que se tenga alguna noción de inglés. Los textos en inglés, francés o alemán. Eran otros tiempos, y en Nintendo64 las traducciones o doblajes brillaron por su ausencia.



Jugabilidad

Los inicios de la saga Starfox estuvieron marcados por la innovación. Al uso pionero de las tres dimensiones y el original desarrollo de la aventura de Starwing, se añade en este Lylat Wars algo que hoy día parece que siempre estuvo allí. La caja del juego era un poco más grande de lo normal, porque dentro contenía un accesorio, el Rumble Pak, que acoplado al mando vibraba al compás de las acciones del juego y ayudaba a meterse de lleno en la aventura. Fue el primer juego que usó la vibración pero desgraciadamente esa característica se ha perdido en la versión de la Consola Virtual.

En 13 de los 15 planetas manejaremos a Fox en su Arwing, pero hay dos fases en las que controlaremos otros vehículos. En Macbeth Fox irá sobre un tanque,llamado Landmaster y dará una sensación muy parecida a la que podemos encontrar al jugar a Sin & Punishment, y eso solo puede significar cosas buenas. Pero la otra novedad no ha quedado tan conseguida, es el submarino (Blue Marine) que se controla en el planeta Aquas, que no termina de convencer el control y es una pena porque la fase podría haber dado mucho más de sí.

Por lo demás la jugabilidad es exquisita y muy intuitiva, a las acciones típicas de disparar y lanzar bombas se suman otras que o bien nos enseñan en el entrenamiento o ya se encarga Peppy de aconsejar sutilmente su uso cuando lo requiera la fase que se trate. Es un shooter sobre raíles, no podemos marcar el camino durante la fase, con la excepción de algunos planetas, o parte parte de ellos donde se activa el llamado "All-Range Mode", permitiendonos mover el arwing libremente a lo largo y ancho del terreno acotado. A falta del peculiar mando de N64, tanto el mando clásico como el de GameCube son buenas opciones.



Conclusión

Estamos ante uno de los grandes, que más de una década después sigue manteniendo toda su vigencia. No importan las veces que se juegue que siempre se tendrá la sensación de estar surcando el sistema Lylat por primera vez. Nintendo marcó aquí el tope de la saga, y a día de hoy aún no se ha superado. Se degusta en taza grande y se bebe pronto, pero no empacha y siempre deja hueco para un traguito más y sin efectos secundarios. Puede ser tantos juegos distintos como veces que se vuelva a jugar, y tan facil o dificil como cada uno se lo proponga.

Pepper: Me honraría que formaseis parte del ejercito de Corneria...
Fox: Gracias, pero preferimos hacer las cosas a nuestra manera.

Además fue un juego, como tantos otros en Nintendo64, que puso en entredicho las supuestas bondades del CD, porque en menos de 100 mb tienen cabida un buen puñado de planetas , banda sonora con calidad digital y voces de actores reales. Un lujo sin tiempos de carga y sin las cada cada vez menos necesarias secuencias CG.


Rebusca sin miedo en el Bazar Picamiento, seguro que encuentras alguna joyica

0 Comentarios: